dimarts, 15 de desembre del 2009

Nabokov

-Me ha parecido entender que no aprecia a Freud.

-No es exacto. Aprecio mucho a Freud como autor cómico. Las explicaciones que da sobre las emociones de sus pacientes y sus sueños son de un burlesco increíble, pero hay que leerlo en la lengua original. No entiendo cómo se le puede tomar en serio. No hablemos más de eso.

-Los escritores políticos tampoco son sus autores de cabecera.

-Muchas veces me preguntan quién me gusta y quién no, entre los novelistas, comprometidos o no, de mi siglo maravilloso. Primero, no aprecio al escritor que no ve las maravillas de este siglo, las pequeñas cosas, la ropa masculina informal, el cuarto de baño que substituye al lavabo inmundo. Las grandes cosas como la sublime libertad de pensamiento en nuestro doble occidente. ¡Y la luna! Recuerdo con qué escalofrío delicioso, envidia y angustia, miraba yo en la televisión los primeros pasos flotantes del hombre sobre el talco de nuestro satélite y cómo despreciaba a quienes decían que no valí la pena gastar tantos dólares para pisar el polvo de un mundo muerto. Detesto pues a los divulgadores comprometidos, a los escritores sin misterio, a los infelices que se alimentan con los elixires del charlatán vienés. Aquellos que aprecio saben que sólo el verbo es el valor real de la obra maestra. Principio tan viejo como verdadero, y eso no ocurre a menudo. No es preciso dar nombres, nos reconocemos por un lenguaje de signos, a través de los signos del lenguaje, o bien, al contrario, todo nos irrita en el estilo de un contemporáneo detestable, incluso sus puntos suspensivos.

-Me han dicho que no le gusta Faulkner. Cuesta creerlo.

-¡No! No soporto la literatura regional, el folklore artificial.

Fragment de l'entrevista de Bernard Pivot a Vladimir Nabokov

2 comentaris:

Gabriel Ventura ha dit...

Ei, Bones Aleix -sóc en Gabi, Temes i Mites?-

Molt bo el post, adoro en Nabokov, el seu estil... Quin gran poeta. Has llegit Pale Fire? Opto per la via fàcil: el poema és senzillament genial, i la història que hi construeix darrere, bé, extravagant, increïble, todo un alarde de imaginación, vaia. Era un burgesot, això sí: i sort, només en un ambient aristocràtic hagués pogut adquirir aquella ironia afilada tan malparida, divertidíssima!

Si no ens veiem per la uni, bones festes!

Aleix Porta ha dit...

Ei! Que bé que passis per aquí.
No, no he llegit Pale Fire. D'ell només he llegit ¡Mira los Arlequines!, que és la seua última novel·la i tinc ganes de llegir més.
Ahir pintava papallones...
Sí, burgeset, com se li nota a la 2a resposta que dóna, però brillant