dilluns, 2 de març del 2009

No me quieras tanto, colega; sólo quiéreme


28.02.2009 -
RESU CRUZ VALLEJO
GRUPO DE IGUALDAD DEL PSOE LOGROÑO Y MIEMBRO DEL COMITÉ REGIONAL

Es muy triste que tenga que suceder algo grave, como la muerte de Marta del Castillo, para que seamos conscientes de la gravedad de los temas, aunque vamos a pensar que «nunca es tarde, si la dicha es buena» y que «más vale tarde que nunca». Os voy a intentar hacer una reflexión que espero os haga pensar, como me lo ha hecho a mí, que muchas veces estas cosas son previsibles y que, una vez más, está en nuestras manos el evitarlas.
Me hago eco de la próxima campaña de Aído sobre violencia de género específica para jóvenes que, como toda campaña procedente del Gobierno como la del condón, una vez más tendrá sus detractores. Ojalá leyendo estas líneas cambien de opinión.
Tomo prestada una frase de Antonio Andrés Pueyo, director del Grupo de Estudios Avanzados en Violencia que dice que «si quieres predecir el futuro, analiza el pasado». Y la tomo prestada porque me hace recordar los comienzos de la relación de esta chica, en boca de sus padres, unos primeros momentos que deberían haber sido los mejores y que sus padres describían como totalmente infelices. Ahí estaba la primera señal de alarma, ese era el primer síntoma, el primer SOS, que podía predecir el futuro.
La chica podía sentirse querida todavía porque seguía llamándola, quedando, mucho tiempo después de haber roto la relación, podía sentirse hasta halagada porque buscaba el asesino hasta réplicas de ella en sus posteriores relaciones. Pero, fatalmente, hay amores que matan. Como ha señalado la ministra cuando tu novio te envía 100 mensajes de texto al día o te prohíbe vestirte de cierto modo, no es porque te quiere mucho, sino porque te quiere dominar.
Aunque puede que el detonante del anuncio de la puesta en marcha de este plan dirigido sólo a mujeres jóvenes sea tristemente este último asesinato, esta campaña se produce, según fuentes del ministerio, ante el aumento desde 2003 hasta 2008 de la violencia de género en mujeres jóvenes.
Este plan con un lenguaje fresco y directo, típico de la adolescencia, les tiene que hacer ser conscientes de que «la violencia de género no comienza con la primera bofetada» y según la psicóloga y experta Rosaura González Méndez, a las chicas hay que enseñarles estrategias alternativas que no sean «devolver la torta», porque al final «las que van al hospital son ellas».
Continuando con el refranero, como comenzábamos, siempre estamos en lo mismo: en esto como en todo, «más vale prevenir que curar», por ello una de las fórmulas para remediar estas actitudes violentas reside en la prevención. Todos los expertos recomiendan que los programas comiencen antes de que los adolescentes tengan su primera vivencia en pareja y que estén dirigidos al conjunto de la población juvenil
Dicho esto, paso a analizar los resultados de una investigación, al respecto, que os va a dejar de «pasta de boniato» como a mí. Se trata de un estudio realizado por la Comisión para la Investigación de Malos tratos a mujeres de noviembre del 2005, tomando como muestra los talleres de prevención, que funcionan desde el 2003 y que se impartieron en 28 Institutos de la Comunidad de Madrid.
Son, ante todo, preocupantes las conclusiones (los resultados son literalmente transcritos de una sesión con un grupo de secundaria de 2º de ESO):
-Creen que alguien que te hace sufrir o te trata mal puede quererte al mismo tiempo.
-Minimizan las situaciones de violencia de género y no identifican conductas de abuso psicológico en sus parejas o parejas del sexo opuesto.
-Pasan por alto actos como que les controlen el móvil, la ropa, con quien deben o no salir, que les griten, que se enfaden sin motivo, o incluso los pequeños golpes.
-Gran parte del alumnado considera que si no hay celos en una pareja es porque realmente no hay amor, es algo necesario y una forma de demostrar ese amor.
-Preguntadas por el hombre ideal, en el grupo de chicas preocupa especialmente la elección que hacen del «malote». Describiéndolo como el «típico chulo, caradura, rebelde, popular, el líder generalmente negativo...». En él buscan reconocimiento social, seguridad y protección. Esta actitud se traduce en una relación no igualitaria por definición. La protección se brinda a la chica desde una posición superior.
-Llama la atención la poca frecuencia con la que ambos sexos hablan de la reciprocidad en la relación «que nos queramos, que nos entendamos, que nos respetemos».
-Se da una ausencia total de valores en la pareja. En ningún caso se incluyen valores como la tolerancia, la generosidad, la solidaridad, honestidad, integridad...
-Los/as adolescentes describen una pareja en términos muy superficiales, que encaja con los cánones de belleza del momento y con rasgos muy estereotipados. Esto se ve con más claridad en el grupo de los chicos. Ejemplo: hombre fuerte y con poder económico, o mujer sumisa y disponible para el hombre.
-Los chicos realizan una descripción de la mujer claramente como objeto sexual y muy influida por la pornografía.
-Las chicas hacen una descripción más completa, e incluyen un mayor número de atributos positivos en su hombre ideal, pero de igual forma hay una tendencia a lo material, a lo superficial.
-En ningún caso se contempla la interculturalidad en la pareja. La descripción que realizan ambos grupos es la de una persona de raza blanca, chocante cuando donde la multiculturalidad es más visible es, precisamente, en las aulas.
Aunque, muchas veces, sus opiniones no se corresponden con el pensamiento individual de cada uno de ellos, sí recoge una idea grupal y nos orienta sobre la forma sexista en la que muchos de estos adolescentes construyen su identidad, asociando los valores femeninos con la debilidad y la sumisión y los masculinos con la fuerza, el control y la dureza emocional.
Me encantan las investigaciones sociológicas, pero los resultados de ésta, en especial, me han herido en lo más hondo, porque demuestran que nos queda un arduo trabajo en el camino hacia la igualdad y que, para más INRI, las piedras en ese camino nos las seguimos poniendo las propias mujeres.
Hay que inculcar a nuestros jóvenes que ya nadie muere de amor y que los amores que matan no son amores sino obsesiones.

1 comentari:

Platònica. Núria F ha dit...

Sembla impossible que tot això passi. Però no es pot obviar, és massa greu. I que impotent que et fan sentir les concepcions d'aquests adolescents.
Més que pensar amb pessimisme que el camí cap a la igualtat és dur (que ho és), animaria més si el considerés directament com un camí que s’ha de fer i que és possible fer.